La cara posterior de la prótesis debe encajar perfectamente en la cavidad del paciente, sin provocar distensiones de la conjuntiva, roces, o zonas de excesivo apoyo. Para lo que, en muchos casos, es de gran ayuda el uso de un material que copie de forma fidedigna cada uno de los rincones e irregularidades del saco conjuntival.
Utilizamos a este fin, la silicona de grado médico, que es bien tolerada y no requiere inmersión en agua. No pierde volumen ni sufre desecación como nos pasaba con los materiales hidrocoloides.
De esta forma, conseguimos que la cara posterior de la prótesis sea un calco de la cavidad, lo que mejora la movilidad y reduce las secreciones, debido a que no quedan espacios vacíos que actúen de reservorio para los gérmenes. Una vez hecho el molde que pasará a ser la cara posterior de la prótesis, trabajamos la cara anterior de la misma con cera, para llegar al contorno ideal.
El molde se realiza en la consulta y es indoloro, aun así, ponemos dos gotas de anestesia, para que el paciente esté más relajado.
Las prótesis las seguimos haciendo de forma artesanal, e indivualizada para cada paciente, lo que nos lleva habitualmente 24 horas.