Desde aquella primavera del año 2.000, hemos tenido que cambiar la ubicación del laboratorio en tres ocasiones. La primera consulta de prótesis oculares se montó a espaldas de la recepción de los campamentos en Rabuni, centro administrativo del pueblo saharaui. La segunda, después de numerosos problemas de espacio y medios, se fijó durante cuatro años en el hospital general, a unos cuatrocientos metros de la recepción de los campamentos. La tercera, y posiblemente la definitiva, se estableció en el año 2.005 en un “maravilloso” lugar, conocido como Centro de Víctimas de la Guerra y de las Minas, a doce kilómetros de Rabuni, en mitad de la nada.